Nueva colaboración -la tercera- de Palau Robert con el Festival Clàssics.
El viaje de Ulises
“He viajado a tierras desconocidas, he llegado hasta el fin del mundo, he bajado al Hades, de donde ningún hombre vivo ha vuelto nunca, he visto criaturas maravillosas, monstruos salvajes, caníbales, gigantes, seres inimaginables. Y lo he perdido todo”.
La Odisea es el segundo de los grandes poemas épicos griegos atribuidos a Homero y se considera uno de los poemas fundacionales del canon literario occidental. Su influencia es evidente en muchos temas de mitología, en obras modernas (como James Joyce) y en libros de otras culturas.
Genie Espinosa, ilustradora, autora de cómics y muralista de Barcelona se sumerge en la épica y las aventuras de la Odisea a través de su propia interpretación visual, a partir de los textos adaptados por la filóloga, profesora de latín, griego y cultura clásica e investigadora, Meritxell Blay.
El Festival Clàssics
Con este festival, La Casa dels Clàssics quiere poner a los clásicos en el centro de las energías creativas de hoy; promoviendo el diálogo con el pasado para dar fuerza y profundidad a la cultura contemporánea; e impulsando relecturas de los clásicos que nos emocionen y nos ayuden a pensar sobre preocupaciones esenciales de la humanidad.
La inmortalidad
Este año, el tema del Festival Clàssics es la inmortalidad, un concepto que ha cautivado a la humanidad durante siglos, y que sigue siendo una de las grandes obsesiones de nuestra existencia. Un concepto clásico que traspasa los límites de la realidad y arrastra nuestra imaginación hacia lugares misteriosos y fascinantes. ¿Quién no ha soñado alguna vez con la posibilidad de vivir para siempre?
La literatura ha bebido de esta pregunta desde sus inicios: desde las antiguas epopeyas sumerias y griegas hasta los vampiros seductores de la literatura moderna, la inmortalidad ha tenido muchas caras y todavía sigue siendo una fuente inagotable de inspiración.
Pero la inmortalidad no sólo se manifiesta en formas literarias, artísticas o míticas. La ciencia y la tecnología modernas también han explorado este concepto y han abierto nuevas perspectivas sobre la extensión de la vida humana. ¿Podría ser que, a través de la ciencia y la innovación, estemos más cerca de la inmortalidad de lo que jamás hubiéramos imaginado? Esta incesante búsqueda de la inmortalidad nos plantea preguntas profundas sobre nuestra propia existencia y nuestra relación con el tiempo. ¿Qué significa ser inmortal? Para los seres humanos, la inmortalidad se contempla a menudo como una búsqueda de la vida eterna, la trascendencia física o la permanencia en la memoria colectiva. Pero la literatura clásica nos recuerda que la inmortalidad puede tomar muchas formas. Puede ser la inmortalidad de las palabras, como hemos visto en los clásicos. Puede ser la inmortalidad de las acciones, cuando los personajes dejan una huella indeleble en la historia o la inmortalidad del espíritu, cuando las ideas y las emociones siguen resonando en las generaciones posteriores.
“Ulises siguió su viaje hasta llegar a Ítaca, venciendo a la muerte en múltiples aventuras, pero a la vez renunciando a la inmortalidad para hacerse viejo y morir rodeado de los suyos en su isla, tal y como Tiresias había predicho. Ulises elige ser mortal, pero pide a las musas que su historia perdure. Hoy todavía leemos la Odisea, y quizás es en la lectura de los clásicos donde encontramos la clave de esta inmortalidad como humanos”.